Entusiasmo es el nuevo libro de André Stern, publicado por Litera.

En esta ocasión, tal como hizo en Yo nunca fui a la escuela y Jugar, títulos de lectura imprescindible para padres y educadores, viene a sacudir nuestras conciencias para que reflexionemos sobre el juego, el aprendizaje y la infancia.

La contracubierta del libro apunta un dato estremecedor:

«Un niño pequeño vive una tormenta de entusiamo cada dos o tres minutos. Un adulto, en cambio, siente la misma cantidad de entusiasmo dos o tres veces al año».

Impactante, ¿verdad?

Lo peor de todo es que cada vez son más los jóvenes y niños que sufren esta pérdida de entusiasmo por diversos motivos. Y perder el entusiasmo, como ya señaló Balzac, es morir por primera vez.

Así pues, a través de diferentes testimonios, de personas próximas a Stern, y del suyo propio, el autor nos va desgranando las claves para que todos, grandes y pequeños, mantengamos una actitud entusiasta. Porque el entusiasmo, como señala Stern, es el fertilizante de nuestro cerebro.

Rebajas
Entusiasmo (Educación)
  • Stern, André (Autor)

André Stern nunca fue a la escuela

André nunca fue a la escuela. Cuando era pequeño solía presentarse de la siguiente manera:

«Hola, me llamo André, soy un niño, tengo 4 años, no me gustan los caramelos y no voy a la escuela».

Unos años más tarde, como ha señalado en algunas de sus conferencias, su forma de presentarse continúa siendo muy parecida: «Hola, me llamo André, soy un niño, tengo 46 años, no me gustan los caramelos y nunca he ido a la escuela».

En la actualidad, el hecho de no haber ido a la escuela es, cuanto menos, excepcional y despierta mucho interés. ¿Cómo es posible que una persona que no ha ido a la escuela pueda llegar a ser músico, bailarín, lutier, compositor, escritor, etc.?

Para Stern, la curiosidad intrínseca del niño y su voluntad natural para el aprendizaje y la exploración son los verdaderos motores para aprender cualquier cosa.

El problema surge cuando los adultos exigimos a los niños que sean de una manera diferente a como son en realidad. Entonces el niño intenta acomodarse a los deseos del adulto y deja de ser él mismo. Y así es como surge «el niño herido».

Por tanto, un niño respetado, que siente que los adultos lo quieren por cómo es, sin duda alguna se convertirá en un ser seguro de sí mismo, capaz de aprender cualquier cosa, independientemente de que vaya a la escuela o no.

El entusiasmo nos permite conectarnos con el genio que llevamos en nuestro interior, activar esa genialidad que cada uno de nosotros —sin excepción— lleva consigo.

André Stern, Entusiasmo

El entusiasmo es contagioso

El problema que tiene el entusiasmo es que es difícil de instaurar en un niño:

«Hijo, por favor, sé entusiasta». No funciona.

Lo bueno que tiene es que se contagia con mucha facilidad.

Muestra tu entusiasmo por alguna disciplina, hobby… Tómate la vida con entusiasmo, muestra abiertamente tu entusiasmo por las cosas y ya lo tienes: tus hijos gozarán de un entusiasmo pleno.

Por tanto, como señala Stern, si queremos que nuestros niños sean adultos entusiastas y felices, lo que tenemos que hacer es ser adultos entuasiasta.

¿Qué es el entusiasmo?

Como señala Stern, es muy común asociar entusiasmo a risas y alegría, pero en realidad basta con mirar la cara de concentración de un niño enfrascado en algún asunto para darse cuenta de que no es necesariamente así.

Es posible que el entusiasmo, en algunas ocasiones, se manifieste en forma de gritos, risas y alegría. Pero no obligatoriamente ha de ser así. En realidad, está más bien ligado a esa capacidad de hacer y experimentar de forma profunda, con todos los sentidos puestos, observando cada detalle con atención.

La emoción y la risa pueden venir después. Cuando el niño ha experimentado que es capaz de hacer lo que se propone.

El entusiasmo sabe ser discreto.

André Stern, Entusiasmo

Seamos adultos entuasiastas

Si algo nos deja claro esta delicia de libro es que los adultos necesitamos tener una actitud entusiasta ante la vida para que nuestros hijos nos tomen como ejemplo y sean ellos niños y adultos entusiastas en el futuro.

Es algo tan sencillo y tan complejo a la vez que causa vértigo. Porque a todos nos gustaría vivir con esa pasión contagiosa, pero en cuantos nos despistamos, nos dejamos llevar y dejamos de escuchar nuestros deseos internos y acabamos reproduciendo comportamientos muy alejados de lo que nos propone André Stern.

Sin embargo, la lectura de este libro, puede funcionar como estrategia para el cambio.

Aunque algunos de los conceptos que aparecen en el libro Stern ya los ha explicado en sus conferencias o libros anteriores, resulta muy beneficioso volver sobre ellos.

Sin duda alguna, lo más interesante que aporta el libro son los testimonios de personas cercanas a Stern: su padre, Arno Stern, un gran especialista y conocedor del dibujo infantil; su esposa, Pauline Stern, actriz y gran conocedora de lo que significa hacer las cosas que te apasionan; o incluso de Aleksander Baj, editor polaco de Stern, que gracias a haber descubierto a Ken Robinson y sus charlas sobre creatividad y el concepto de «elemento», fue capaz de crear su editorial y conseguir sus propósitos. En definitiva, todos son interesantes testimonios en los que el entuasiasmo tiene un papel protagonista.

Una lectura muy recomendable.

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Jugar (Educación)
  • Stern, André (Autor)

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