¡Enhorabuena! Si estás leyendo este post es porque has adquirido algún arcoíris Waldorf y estás buscando ideas para jugar con él. En el post anterior te contábamos qué es el arcoíris, cómo y dónde se fabrica y qué tipos de arcoíris hay en el mercado. También te indicábamos la edad ideal para utilizarlo o regalarlo según nuestra experiencia con nuestros peques de tres años. Si no lo has leído, te recomendamos que lo hagas.

Arcoíris Waldorf grande

Posibilidades infinitas de juego

Como decíamos, el arcoíris es un juguete de final abierto (open-ended toy en inglés), lo cual quiere decir que a priori no hay una estructura definida de juego ni ninguna forma correcta o incorrecta de interactuar con el juguete. De esta manera, el niño es el encargado de guiar el proceso. El camino que adopte el juego dependerá únicamente de él. Por eso habréis oído decir que las posibilidades de juego que tiene el arcoíris Grimm’s son infinitas.

Es posible que más de una vez te hayas hecho esta pregunta: «Pero, si las posibilidades de juego son infinitas ¿por qué mi hijo/a no demuestra ningún interés por jugar con el arcoíris?».

¿Por qué mi hijo/a no le hace ni caso al arcoíris Waldorf?

El problema es que muchas veces nuestros hijos están acostumbrados al juego dirigido. Es decir, tienen juguetes que lo hacen todo por ellos (a través de luces y botones) o bien sus juguetes siguen los guiones de las series de las que forman parte (la casita de…, el mundo de…). De esta manera, cuando la propuesta de juego entraña ser protagonista y dirigir el proceso de juego es posible que cueste arrancar en un principio. Incluso a los adultos, también acostumbrados al juego dirigido, nos cuesta ver el potencial de los juguetes desestructurados.

Por eso hemos preparado este pequeño recopilatorio con 10 ideas para jugar con el arcoíris. Está claro que lo ideal es que sea el niño el protagonista absoluto del juego y que sea él/ella el encargado de dirigir el juego, pero no está mal que los adultos les echemos una mano en el punto de partida. Podemos convertirnos en sus guías y poco a poco verás que empiezan a adoptar ellos un papel más activo. Estamos seguros de que si empiezas llevando a cabo con ellos alguno de estos juegos, se producirá una explosión maravillosa de su capacidad de juego con juguetes de final abierto. 

Así que ¡allá vamos! te presentamos 10 ideas para jugar con el arcoíris Grimm’s  (o de cualquier otra marca)

10 ideas para jugar con el arcoíris Waldorf

1. Aprender los nombres de los colores, asociar colores, etc.: 

Esta es una actividad ideal para los más pequeños y se puede ir aumentando su complejidad a medida que nuestro hijo/a vaya creciendo. Como os comentábamos en el post anterior, el arcoíris ideal para menores de tres años es el pequeño de 6 piezas con los colores morado, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. La razón es que al tener menos piezas y ser de un tamaño más reducido, facilita el manipulado por parte de los pequeños. Otra opción para jugar con los más peques de corta edad es utilizar unas pocas piezas del grande o ir introduciéndolas poco a poco. La idea es que no se sientan abrumados por el tamaño grande de las piezas. Y es que si lo pensáis, el arcoíris Waldorf grande mide 36 cm.

Las actividades para aprender los colores o asociar objetos a colores son numerosas. Podemos utilizar pompones de colores u objetos pequeños de diferentes colores para que los asocien con los arcos.

Aquí os presentamos una idea fabulosa que vimos circular hace un tiempo por redes sociales. En este vídeo se utiliza el famoso libro de cartón de Kalandraka, Cocodrilo, de Antonio Rubio y Óscar Villán, de la colección De la cuna a la luna. El adulto canta el poema acumulativo y la peque localiza cada una de las piezas del arcoíris del color en cuestión. ¡Échale un vistazo! Es adorable y una idea fabulosa para empezar a utilizar el arcoíris con los más pequeños. Además, el libro es genial, por lo que la combinación es perfecta.

Aquí tienes un ejemplo de cómo combinar el arcoíris y el libro Cocodrilo
Libro Cocodrilo, de la Cuna a la luna
Cocodrilo, Antonio Rubio y Óscar Villán, ed. Kalandraka

2. Hacer torres

Este es uno de los juegos básicos del arcoíris. De hecho, si tuviésemos que clasificar el juguete de alguna manera, entraría en la categoría de juguetes para apilar. En nuestro caso, yo comencé a hacer la torre alta con todas las piezas y ellos disfrutaban destruyéndola. No había cosa que les divirtiera más que el estruendo que producían las piezas al caer al suelo. Poco a poco empezaron ellos a montar la torre, aunque fuese de pequeña altura. O bien pedían ser ellos los que colocaran las piezas de arriba. La verdad es que todavía siguen disfrutando cuando la torre se viene abajo, pero la verdad es que ahora aguanta más rato en pie. Su actividad preferida es crear la torre e ir introduciendo animales o nins en los huecos.

Torre con el arcoíris Grimm’s grande

3. Dibujar formas

Con el arcoíris se pueden dibujar mil formas diferentes. Aquí sí que existen propuestas increíbles. Se puede empezar haciendo formas sencillitas en dos dimensiones para que los peques capten las formas y vean el potencial del juguete. El paso siguiente sería construir figuras en 3 dimensiones de figuras reconocibles (bicicleta, etc.). También es posible que se frustren un poco si no consiguen que la escultura se mantenga en pie. Pero es ideal para trabajar la coordinación ojo–mano, puesto que requiere una gran precisión de movimientos a la hora de equilibrar las piezas. Si caen, no pasa nada. Yo siempre les digo que para que salga hay que intentarlo muchas veces.

Bicicleta creada por @woodentoylove

4. Crear obras de arte

Como ya comentábamos en el post anterior, el arcoíris de Grimm’s es un objeto bello con el que podemos decorar cualquier parte de la casa. Asimismo, también es posible animar a los peques a que creen esculturas a partir de las 12 piezas (o con más si son tan afortunados de tener más de un arcoíris). En este caso, la actividad consiste en recrear figuras más elaboradas que las del punto anterior.

Esta actividad es más compleja por lo que es posible que necesiten nuestra ayuda.

Escultura con arcoíris pastel y bolas

5. Construir casas

Esta es la opción preferida de mis hijos y el origen de su interés en el arcoíris Waldorf. A ellos les encanta jugar con los animales de Schleich y con las miniaturas de Safari, así que en cuanto descubrieron que podían hacer casitas para sus animales, se produjo la explosión creativa. Ahora ya no hay gatito ni nin que se quede sin techo 🙂

Construyendo una casa con el arcoíris grande y los semicírculos Grimm’s

6. Construir circuitos de bolas

Este es nuestro juego preferido, aunque todavía no lo hemos puesto en práctica. Bueno, o no al nivel que nos gustaría. Desde que descubrimos la cuenta de Instagram @grimms_creations hemos soñado con hacernos con todos los juguetes Grimm’s para crear esos hipnóticos circuitos de bolas. Os recomendamos que le echéis un vistazo a la cuenta y a los vídeos que cuelgan. Por ejemplo a este, ¡es impresionante! En ellos veréis circuitos sorprendentes y, lo mejor de todo, es que detallan todo el material que han utilizado para crearlo y ponen fotos del proceso. Algunos de ellos son realmente impresionantes e implican horas de montaje. Tampoco es necesario hacer obras tan descomunales (aunque al verlas ¡te entrarán muchas ganas de hacerlas!). Con un solo arcoíris y algunas bolas también se puede crear un recorrido sencillo que hará las delicias de los peques. A través de esta actividad estamos consiguiendo que nuestros peques exploren los conceptos de movimiento, fuerza, inclinación, etc., por lo que el aprendizaje que realizarán a partir de este juego es extraordinario.

Creando un circuito muy sencillo de bolas
Iniciación a los circuitos de bolas
Bolas Grimm’s

7. Aprender los primeros conceptos matemáticos

Los niños son, por naturaleza, pequeños matemáticos y científicos que aprenden a través del movimiento y de la exploración del mundo. Por ello, cuando son pequeños no necesitan clases estructuradas, sino que aprenden los conceptos matemáticos y científicos a través del juego.

Así, el arcoíris es un elemento perfecto para introducir los primeros conceptos matemáticos. Por ejemplo, podemos utilizar sus piezas para adquirir  nociones de clasificación (colores, tamaños) y comparación (es más grande que / es más pequeña que). Pero también, si lo acompañamos de otros objetos (animales en miniatura, objetos de colores) podemos ampliar la variedad de tipos de clasificación (por ejemplo, animales de la sabana, de la Antártida, etc.)

Ordenando las piezas del arcoíris
Aprendiendo a ordenar y comparar con el arcoíris Waldorf

8. Crear un instrumento musical

Coloca las piezas en el suelo en orden, coge un par de baquetas y transforma tu arcoíris en un xilófono.

Si tienes bolas de madera (como estas, por ejemplo), hazlas rodas por la estructura y verás qué sonido tan agradable se crea.

El arcoíris se transforma en xilófono

9. Crear una portería, jugar a los bolos

Con las mismas bolas que te comentaba en el punto anterior o con otras de tamaño similar, puedes jugar a una especie de fútbol o golf. La idea es deslizar las bolas con la mano a una distancia determinada y conseguir que entren dentro del arcoíris. La dificultad puede ir aumentando a medida que los arcos sean más pequeños o que la distancia entre el niño y los arcos sea mayor.

10. Construir ciudades

Los arcos se convierten en magníficos puentes por los que circulan coches y camiones. Si además lo combináis con las vías del tren, podéis construir una ciudad enorme que os garantizará horas y horas de juego.

Esperamos que algunas de estas ideas para jugar con el arcoíris Waldorf sean de tu interés y que te sirvan para exprimir al máximo este juguete tan bello y tan versátil.

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